lunes, 11 de marzo de 2013

Maestro: Pon tu energía en quien te escucha



A menudo los maestros o artistas solemos fundamentar un error de base. Esto, en realidad está imbricado con una extraño mecanismo que parece caracterizarnos hoy en día. Quizás es porque no nos acostumbraron a recibir cosas bonitas, quizás es que nos gusta el lodo, quizás es que nos sentimos incompletos o quizás, necesitamos sentir que todo es perfecto y eso nos imposibilita.


Sucede dando clase o un espectáculo. El maestro, el tallerista, el facilitador o el artista está frente al público y de pronto alguien no esta atento; alguien reacciona de manera que sentimos que nos está atendiendo a nuestras lecciones o nuestra canción. Entonces, ponemos toda nuestra energía en que esta persona que no atiende, lo haga.


¡Con toda la falta de respeto que supone eso! ¿queremos lo mejor para él o para mí? Quién necesita eso? ¿Necesitas que el otro sea feliz o que tu ego reluzca?


Los maestros solemos decirle al niño: ¡Atiende! Si nuestro tacto es mayor hacemos juegos para que no sea la atención la que nazca de él, si no para asumir que la responsabilidad del proceso de aprendizaje es compartido. Sin embargo, mientras gastamos energía, enfadándonos en porqué ese niño o esa persona del público no estaba imbuido: Perdemos el respeto por quienes nos escuchan.


¿Porqué sucede esto? Quizás la respuesta no tenga tanta importante como lo tiene la pragmática solución. ¿Para qué necesito que todos me escuchen? ¿Para qué gastar energía en quien no está disponible?


Y los maestros o comunicadores, enojados no conseguimos salir de eso. Cuando pones tu energía en lo carente, olvidas lo posible. Ver sólo quien no escucha y llevártelo a lo personal es una de las competencias que el maestro debe asumir, y es necesario que comprenda que el hecho de que no te escuchen no quiere decir que no sepas hacer bien tu trabajo. Puede ser que no esté disponible; a veces los seres humanos necesitamos estar en otros lugares en vez de en la palabra del otro. Entenderlo es aprender con el otro.

Quizás si que podrías decirte ¿porqué me obsesiono con que TODOS tienen que escucharme? ¿porque me llevo al lado personal esta situación?¿ Porque me fijo en lo que falta o no en lo conseguido?


Maestro! Artista!: Pon tu energía en quien te escucha, no en quien no está disponible.